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Actualmente, todos los pedagogos musicales señalan la gran importancia de iniciar cuanto antes la educación musical. A través de la música no sólo se pretende que los niños disfruten, sino que aumenten su capacidad de expresión y comunicación.

Desde muy pequeños, conviene que en el entorno familiar se desarrolle y favorezca el contacto con la música, buscando que los bebés puedan interactuar con los sonidos.

En los niños, el contacto cotidiano con la música, y su estudio, tiene múltiples beneficios para el desarrollo motriz e intelectual en edades tempranas. La música también mejora el desarrollo del área cerebral implicada en la motivación, el placer y la recompensa.

Además, según un estudio la Universidad de Northwestern, el modelo que se imparta en clase influye mucho en el aprendizaje y en la absorción de todos los beneficios por parte de los alumnos, ya que necesitan participar activamente. Asimismo, este estudio constata una mejora en las capacidades de procesamiento neuronal de los niños que tienen un contacto con la música.

Los beneficios que se obtienen de la instrucción musical son múltiples y variados.

  1. Refuerza la atención y la concentración. La música estimula áreas del cerebro que difícilmente se pueden ejercitar de otra manera.
  2. Incremento de la memoria y la creatividad.
  3. Desarrollo de habilidades motoras y rítmicas. La audición musical de forma guiada estimula el desarrollo de un conjunto de capacidades motoras en los más pequeños, que se ven incrementadas una vez el niño comienza a tocar un instrumento.
  4. Incremento de la seguridad en uno mismo y facilidad para socializar.
  5. Reducción de estrés.